Esta joven abogada está al frente de un proyecto que sitúa la marina entre las más importantes del Mediterráneo. En pocos años y pese a la actual crisis financiera, el puerto se ha convertido en punto de referencia obligado. Embarcaciones de recreo y megayates, con pabellones del mundo entero, atracan hoy en sus muelles. Los navegantes saben ya que es un puerto tranquilo situado en el centro histórico de Cartagena. Por preparación y experiencia, el grupo humano que trabaja en Yacht Port está a la altura de los mejores equipos en gestión de marinas internacionales.
Mientras vamos paseando por el puerto, Mamen comenta el día a día de su trabajo, que consiste básicamente en ‘atender tanto a quienes tienen sus embarcaciones en régimen de larga estancia como a los transeúntes. En cualquier empresa debes gestionar los asuntos que van surgiendo. Aquí, es el trato con proveedores, el mantenimiento de instalaciones, la preparación de eventos –como el último Salón Náutico de Southampton-, la organización de regatas, el patrocinio, cursos de formación, relaciones con la Autoridad Portuaria de Cartagena, la promoción de la marina a nivel nacional e internacional, etc. Debes asumir la responsabilidad de ser un gerente, con todas sus consecuencias’.
Nos paramos a ver cómo atraca un velero con bandera inglesa que acaba de entrar en el puerto. Dos marineros lo esperan en el pantalán. En pocos minutos concluye la maniobra y la tripulación, quizá después de haber pasado varios días navegando, pisa de nuevo tierra firme. Le pregunto por los visitantes habituales y Mamen me dice que tienen distintos tipos de clientes. ‘Las diferencias que existen entre una marina al uso y otra para megayates son significativas. Los megayates llegan a través de una consignataria. El trato con ellos suele ser mínimo. Pero con las tripulaciones de las embarcaciones que tienen hasta unos 30 metros de eslora, es mucho más directo y cercano. Atendemos personalmente las reservas que nos hacen, por teléfono o e-mail, resolvemos sus dudas, etc. La mayoría son extranjeros. Ingleses. Se sienten bien tratados y, a medida que pasan tiempo aquí, van convirtiéndose en amigos. Casi a diario recibimos mails y postales desde cualquier rincón del mundo, saludándonos y recordando el trato que han recibido en la marina. Muchos vuelven cuando pueden. Una vez regresó un velero varios años después, y venían de darle la vuelta al mundo. Era muy emocionante volver a verlos. No me extrañaría que este barco –refiriéndose al que acaba de amarrar- venga recomendado por un amigo. El crecimiento continuo del puerto se debe, en buena medida, a ese boca a boca que va corriendo entre los navegantes’.
Le digo a Mamen que, por lo que me cuenta, es como si en la marina formaran una especie de gran familia. ‘Queremos que sea así. Procuramos facilitarles cualquier cosa, por inverosímil que, a veces, parezca: cursos de cocina, gimnasios, asistencia médica, excursiones… Hemos habilitado unas dependencias para dar clases de español -quieren integrarse porque les gusta España-. Cuando se casaron Guillermo y Kate los ingleses engalanaron todos sus barcos y nosotros organizamos una sala de televisión, con ordenadores para que pudieran ver la boda en directo y tuvieran acceso a toda la información. Lo mismo que con el mundial de fútbol. Te dicen que se sienten aquí mejor que en sus casas. Estos amarres son muy amplios. Proporcionan intimidad. ¿Y ves esos barcos de ahí…?, están atracados de costado al muelle. Mucho más cómodo’.
Antes de despedirnos, Mamen recuerda que ‘en septiembre, el puerto estuvo presente con un stand en el salón náutico de Southampton. Ha sido una experiencia positiva. Muchos de los ingleses que viven en Inglaterra y tienen su base en Yacht Port pasaron a saludarnos por el stand. También promocionamos Cartagena. Por desgracia, allí apenas conocen la Costa Cálida… Mira, para un inglés, navegar es algo innato. Pese al mal tiempo, son navegantes por naturaleza; y nuestra marina, el clima y las comunicaciones resultan perfectos para ellos. Además, como su forma de concebir la vida es tan diferente a la nuestra, en el salón náutico nos hemos dado cuenta de que podemos vender Yacht Port dentro de un paquete que les resulte interesante y atractivo. Ahora mismo, éste es el proyecto y el reto de nuestro futuro’.